Por: Fabrina Acosta-Contreras

Marzo es el mes internacional de las mujeres, de esto hay que hablar con todo el respeto que merece porque no es una conmemoración que nace del capricho de unas “feministas” o de las damas rosadas del mundo; NO, marzo representa para la historia un mes en el cual, se dieron protestas por los derechos femeninos, murieron cientos de mujeres en actos de valiente resistencia propios de los desafíos que nos ha tocado afrontar,  esto lo menciono como una realidad, sin victimización o búsqueda de lastima, porque considero que de lo que más me enseñaron a alejarme mi abuela y todas las mujeres influyentes en mi vida, es a la – lastima – por eso creo que cada 8 de marzo, lo que elevamos son las banderas de resiliencia, creatividad y poder de las mujeres – considerar – esta fecha una celebración  es una gran equivocación, porque no es justo celebrar la inequidad, injusticia, desigualdad y violencias contra las mujeres, sino que CONMEMORAMOS su determinación a cambiar las realidades, honramos a aquellas que murieron en el incendio de la textilera exigiendo su derecho al trabajo con garantías, a las que se atrevieron desde el origen a romper el silencio, las que nos dieron luces y además abrieron unas puertas que estaban selladas con cemento, a las que nunca tuvieron como opción resignarse.

Como humanidad (todos los géneros) le debemos una gratitud eterna a esas mujeres que nos demostraron que ante cualquier realidad adversa el camino no es ser indiferentes; como mujeres, sin importar si se viven feministas o no, pues esto es un tema que trasciende ideologías, y aclaro esto porque muchas personas por prejuicios con el tema llegan a considerar que los derechos (educación, salud, políticos, etc) para las mujeres desde siempre estaban dados como si vinieran con el primer sorbo de leche materna que recibimos y no, a las mujeres les tocó lucharlos y en la actualidad seguimos exigiendo la real igualdad de derechos, es una causa casi que interminable por lo arraigado del patriarcado y de la normalización de situaciones inequitativas que hacen presencia en cualquier parte del mundo, dado que el patriarcado sobrevive a pesar de siglos de revoluciones femeninas.

Mujeres, que nuestra opción no sea considerar exageración el despliegue que se hace del 8 de marzo durante todo el mes y menos pensar que esto es injusto porque no hay un día del hombre, es que hay una verdad clara y es que nuestras antecesoras murieron por abrirnos camino, es decir, aunque falta mucho todavía, lo que se ha logrado no ha salido de premio en un mecato, sino que ha sido producto de la unión de mujeres que no se rindieron.

Mujer tejedora Wayúu

Somos nietas de las brujas que no quemaron, somos la historia de resiliencia que pretende lograr una vida de bienestar y abandonar la categoría de tener que luchar por todo, ya es momento de que las niñas que serán las mujeres del futuro, reciban un mundo menos lesivo y desigual, merecemos vivir libres y felices; es momento de que la historia uterina se sane, que las competencias entre géneros terminen, que la antisororidad y la necia rencilla entre mujeres se cambien por completo y que no haya persecuciones hechas por las mismas mujeres al feminismo ni a ninguna causa a favor de nosotras, porque ello es una ofensa a la historia, es desconocer el sufrimiento que muchas (lamentablemente) padecen en la actualidad y darle un sí a la esclavitud del patriarcado.

Poderoso, resistente y creativo mes de marzo a todas las mujeres del mundo.

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