En menos de una semana, lamentablemente las noticias reportan casos de mujeres asesinadas en diferentes regiones del país y del mundo; ¿Qué  decir, qué hacer, qué pensar, frente a estos hechos tan lamentables?

Mi primera respuesta es rechazar categóricamente todo tipo de violencia, por esta razón, afirmo que desde la Sororidad (hermandad entre mujeres) seguiré trabajando incansablemente para que un día logremos una sociedad incluyente donde podamos vivir sin riesgo de ser asesinados por el hecho de ser mujer u hombre.

Pareciera que la sociedad se acostumbra a estos hechos pero quiero recordar que acabar con la vida de una mujer es fortalecer esos paradigmas que las cosifican y alejan de una entidad humanizada y se disminuyen a un objeto que es blanco de homicidios, violaciones, torturas y sometimientos.

Las mujeres somos tejedoras de paz, tenemos creatividad, ternura, estética, pasión y fortaleza, no nos maten, pues en alianza con las nuevas masculinidades estamos dispuestas a transformar el mundo, cuando se promociona la igualdad y la equidad de género no buscamos competir y derrotar a los hombres sólo pretendemos participar, construir y protagonizar los cambios sociales; hemos perdido el miedo a trascender de la escoba, la olla de presión y la lavadora, a contextos amplios, gerenciales, políticos, académicos y culturales, que no impiden seguir ejerciendo con altura roles de madre y esposa.

Las mujeres aprehendimos a decir NO y eso ha costado la vida de muchas, porque la mentalidad machista considera a la mujer como un objeto y no como una sujeta de derechos, con libertad para decidir a quien amar o no; por esta razón, quiero dejar claro que el mal llamado «crimen pasional» no existe, ese concepto es un prejuicio más del posesivo rol machista, ninguna mujer debe morir porque decida terminar una relación amorosa o por decir no a un pretendiente, tomar decisiones no debe representar la muerte para ninguna mujer.

No nos maten y no pretendo hacer de esto una afirmación sumisa o que parezca la solicitud de un favor, empleo dicha afirmación para decir categóricamente que exigimos nuestro derecho a la vida y a la libertad de expresión, a ser autónomas, empoderadas y respetadas, eso es lo que pretendo decir, no maten a los úteros de este planeta: las mujeres.

Un hombre que lanza ácido a una mujer, que la viola, la tortura, la esclaviza o la asesina, sólo  informa lo lejos que está de lograr un estadio de evolución humana; parece entonces, que han quedado fijados en etapas tanaticas y desdibujadas de todo principio humanizado, así de grave estamos, pues hay hombres que encarnan a bestias que sólo viven para tener a sus presas y así satisfacer el hambre, actuando exclusivamente de manera instintiva pues su área piscoafectiva pareciera muerta. 

No somos carnadas para saciar el hambre de los machos, somos humanas, sentimos, pensamos, no nos maten, no nos confundan con blanco de asesinatos como los tigres que ven en otros animales una sola cosa: saciedad, y por eso su única forma de relacionarse es el ataque.

No nos  maten, no nos confundan con premios para saciar instintos bestiales, somos Mujeres valientes y esforzadas. No representamos un peligro para la sociedad  pero si una esperanza de nuevas formas de transformar las diferentes realidades

Creo firmemente que lograremos una mejor sociedad cuando consigamos vivir en igualdad y equidad de género, por eso siempre dedicaré mis esfuerzos a la causa igualitaria, no podemos ser inferiores al reto de vivir como seres racionales y emocionales, lejos de las formas siempre adversas de las diferentes manifestaciones de la violencia.

Sueño con un mundo y especialmente un Caribe Colombiano con cero violencias en contra de las mujeres. Cero es cero, NI UNA MÁS violentada, ni una más asesinada. 

Dejo mi NO rotundo a todas las formas de violencias contra las mujeres! NO NOS MATEN… Somos dadoras de VIDA!

Fabrina Acosta Contreras

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