Por: Aurys Pérez Ortiz

Las violencias que vivimos algunas mujeres, no solo por nuestra condición de género, sino también por la condición racial, es decir, por ser mujeres negras, afrodescendientes, palenqueras o raizales.  Estamos expuestas a las discriminaciones, por ejemplo, en el caso del cabello al natural, así como nacimos sin tener que someterlo a la esclavitud de los químicos, rulos, planchado, para complacer a la industria de la belleza y a la gente que no es feliz ni acepta su identidad.

Han sido  tanto los “patinazos”  por las que me he pasado entre jalones de pelos, apodos y demás actos discriminatorios; pero quiero contarles lo que me pasó iniciando  este año, cuando ingresé a una reunión virtual; lo hice con mi cabello al estilo afro pullado,   más radiante  que nunca   y escuché que el secretario de Gobierno de uno de nuestros municipios,  expresa, “Ya  llegó la otra con el pelo como una gallina mata a escoba”  inmediatamente yo pregunté ¿Ustedes están escuchando lo que mis oídos escucharon? hubo un silencio y por allá respondió uno de los participantes  como medio apenado – SI! – Mi reacción fue preguntarle a él que era además abogado conocedor de leyes y normas, si él se había escuchado. ¡El de forma jocosa me respondió prima era jugando! Yo le respondí que no era de su  familia, ni acostumbraba a dame jugarme con él y menos de esa índole, que lo que acababa de hacer se llamaba injuria racial,  violencia  de género y discriminación racial, Él seguía con la burla,  como mujer defensora de los derechos humanos y activista contra la violencia de género, no podía seguir en ese espacio por ello terminé  retirándome  de la reunión,  posteriormente  llamé al Ministerio público, para que en el próximo comité de Justicia Transicional de víctimas el me pidiera disculpa pública, luego hubo llamado de atención por parte del alcalde, al final de otra reunión me ofreció  disculpa públicamente, me extendió la mano y un abrazo para sellar las diferencias.

Reflexión: por medio de  bromas, piropos sexistas y la jocosidad (normalización de conductas)  es donde más se genera violencia racial y violencia de género contras las mujeres, por lo cual, hay que actuar de manera contundente ante estas situaciones.

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